Ser niños.
desde que niños todos fuimos,
o al menos nuestro cuerpo fue.
Lo bueno es que,
en nuestro espíritu,
siempre niños podemos ser
o empezar a ser.
¡Feliz día del niño!
Alguien me dijo que ganar la guerra -y no una batalla- amerita celebrar. Amerita un buen habano.
Celebrar un sueño cumplido o una guerra ganada en compañía de quienes quieres y te quieren, con un habano, es sin duda un gran momento, digno de ser escrito con letras doradas en el diario de nuestras vidas.
Es así que, para mi hermano y para mi, celebrar con puro en mano los sueños cumplidos y las grandes victorias, se ha vuelto tradición.
¿Cuándo fumaremos otro habano? no lo sabemos, pero trabajamos todos los días para llegar a ese día.
Devoto de la Morenita -como él llamaba a la Virgen de Guadalupe- no regresará en cuerpo a México, que siempre con júbilo la bienvenida le dió. "Me voy, pero de corazón me quedo", dijo a los mexicanos.
Hoy, a mi mente llega la imágen de un niño sosteniendo una pancarta en una de las cinco veces que Juan Pablo II se despidió de México. La pancarta decía: Que te vaya bien Papa.
Que te vaya bien.