Monday, February 13, 2006

Citius, Altius, Fortius.

Los juegos olímpicos están de vuelta y durante los siguientes días seremos testigos una vez más de la grandeza del espíritu humano.

Ese espíritu invisible, que se siente en ese instante mágico, cuando el atleta saca fuerzas de donde no las había para terminar una carrera, mejorar su marca, superar a su adversario, y sobretodo, para vencerse asimismo.

Bastan unos días para inspirar toda una vida de jamás rendirse. Una vida de darnos cuenta que el espíritu humano si lo puede todo y que está en cada uno de nosotros, ahí, acechando, esperando su momento, ese en el que un "no puedo" es aplastado por un "Ahí voy".

Así que disfrutemos estos días, aún si no tenemos la oportunidad de ver cada evento, pensemos que allá en Turín, hombres y mujeres de múltiples razas, creencias y nacionalidades están reunidos para demostrarse a ellos y al mundo que siempre es posible ir más rápido, más alto y ser más fuerte.