Habanos.
Las cosas tienen el significado y valor que cada uno de nosotros le asigna.
Alguien me dijo que ganar la guerra -y no una batalla- amerita celebrar. Amerita un buen habano.
Celebrar un sueño cumplido o una guerra ganada en compañía de quienes quieres y te quieren, con un habano, es sin duda un gran momento, digno de ser escrito con letras doradas en el diario de nuestras vidas.
Es así que, para mi hermano y para mi, celebrar con puro en mano los sueños cumplidos y las grandes victorias, se ha vuelto tradición.
¿Cuándo fumaremos otro habano? no lo sabemos, pero trabajamos todos los días para llegar a ese día.
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