Sunday, June 26, 2005

El Malibú negro.

Se dice que las máquinas no tienen palabra de honor. Yo ya conocí a una que si.

Un Malibú negro, propiedad de mi padre y usado por mi hermano como si suyo fuera, por años nos llevó a muchos lados y a mi hermano a más.

Siempre lo acompañó en momentos que sólo él -y el auto- saben.

Aventuras, sueños, lagrimas y risas se vivieron en él, con él.

El auto sufrió un accidente mientras era conducido por un chofer de estacionamiento. Malherido por ambos costados de su carrocería, está tranquilo, pues su misión cumplió: nunca le pasó nada a mi hermano ni quienes lo acompañaban.

Nunca en un accidente el Malibú había participado. El Jueves por la noche fue su turno y se aseguró que ni mi hermano ni su compañía estuvieran en él. Sólo, como un caballero, enfrentó su destino.

Gracias Malibú, te estoy muy agradecido.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

nunca ri nada igual !

6/26/2005 11:29 AM  

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